Gonzalo Ballester es un médico psiquiatra talentoso, atractivo pero carente de una real empatía. Sus pacientes son máquinas a las que ajustar desde una perspectiva biomédica. Busca el aplauso fácil y es enormemente superficial y materialista.
Su vida, descrita en todo el libro en primera persona, nos hará ser testigos fiables de su transformación. Tanto en su praxis médica como en la manera de ver y sentir una nueva realidad más acorde con la trascendencia y el sentido pleno de la vida.