Lidia nace en un pueblo pesquero al norte de la antigua Judea. Es una niña marcada desde su nacimiento por el infortunio, y esa marca tiene forma espiral. Un naufragio en altamar convertirá su vida en una encrucijada de sufrimiento, pasión y muerte. Promesas de sabios galenos de curaciones milagrosas la embarcarán junto a su familia en un viaje sin retorno, a lo desconocido, hacia lo que jamás creyeron conocer.