El miedo, esa profunda y ancestral emoción, es en la edad infantil,
y aun después, causada comúnmente por seres y mundos fantásticos
e imaginarios que acechan en la realidad que nos rodea. En la
edad adulta, dicha realidad, la diaria, presenta aristas igualmente
amenazantes. No la conocemos, de repente resulta extraña, confusa,
estremecedora. En estos relatos de Pedro Vidal se da cuenta
de ello. Se tratan los temas de la vejez, la locura, la enfermedad, las
confusiones, la muerte, las pesadillas… Y en todos los casos, la
soledad. Porque esta realidad que nos presenta Pedro Vidal tiene
como corolario la necesaria idea de que vivir es difícil, que pensar
y sentir, es demasiadas veces, verse perdido y solo.
Es un libro duro. Bien escrito. Rezuma no obstante cierto humor
negro. Es una patada en el vientre, o más abajo, como creemos
que debe ser la buena literatura. No apto para estómagos delicados.