Es curioso que, cuando un chico o una chica de 8 o 9 años, destaca en una asignatura que le apasiona, nosotros como padres, sólo nos demos cuenta de aquella asignatura en la que está obteniendo un bajo rendimiento.
Es entonces, cuando en lugar de potenciar su pasión, le buscamos ayuda de soporte en aquello que para nada le gusta y así nos lo está demostrando, le buscamos clases de apoyo, etc. Al mismo tiempo, el propio docente que le trata a diario es el que nos alerta como padres y nos indica en lo que no está funcionando.
El sistema, no está haciendo o formando a profesionales apasionados del futuro, está tratando de igualarle su mediocridad en todas las materias. La pasión está en la mente, sobre todo, a esas edades. Créete que llegarás lejos y lo harás. La mente tiene un poder inexplicable cuando se une a una ferviente pasión.
Lo que obtengas de la vida, va a ir relacionado a como tute vendas, incluso, echándole imaginación de lo que ahora no eres, esa apariencia de como quieres ser en un futuro, aunque de momento no sea más que una actuación.
En esta historia, se parte de la base, que el protagonista es un fiel creyente de que lo que se proyecta y se piensa, que lo que se enfoca firmemente, es lo que algún día ha de suceder y si bien hay parte de esto en lo sucedido, también es verdad, que necesitaría dos vidas para ver reflejado lo que en su mente transcurre por no ejercitarse correctamente.